El atolón de Fakarava, en el archipiélago de Tuamotu, es famoso por su impresionante encuentro con cientos de tiburones. Este paso submarino, parte de una reserva de la biosfera de la Unesco, ofrece una experiencia única rodeada de aguas cristalinas y vida marina abundante
Un espectáculo bajo el agua
En el estrecho de Tumakohua, los tiburones grises de arrecife nadan como en una cinta transportadora, aprovechando las corrientes para conservar energía. Durante el día, estos depredadores permanecen inmóviles, pero de noche cazan en las aguas ricas en peces de la laguna.
Protección y cultura
Desde 2006, la Polinesia Francesa protege a los tiburones, considerados tāura(guardianes espirituales). Este respeto se refleja en rituales locales, como el realizado antes de acercarse a Fakarava, donde los tiburones son vistos como señales de bienvenida.
Una lección de respeto
Los visitantes son animados a explorar con reverencia, evitando alimentar a los tiburones y comprendiendo su papel crucial en el ecosistema marino. Como señala un experto: «Donde hay tiburones, hay vida».
¿Te atreverías a vivir esta emocionante experiencia?
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Por María Gutiérrez
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