Un sendero de cuento entre castaños lleva hasta la cascada escondida más bella de Galicia

¿Te gustaría recorrer un bosque que parece sacado de una leyenda hasta llegar a una cascada de 40 metros? En el municipio de Toques, en la provincia de A Coruña, se encuentra la Fervenza de Brañas, uno de los saltos de agua más bonitos del interior de Galicia. En el corazón de la Sierra del Careón, dos arroyos, el Salgueira y el da Pedra se unen para formar el río Furelos, que poco después se precipita en un desnivel casi vertical, creando una cascada rodeada de vegetación.

El acceso a este rincón natural comienza en el área recreativa de Furelos, junto al puente de la carretera. Desde allí parte una de las rutas más pintorescas de la zona, bien señalizada, que asciende por un bosque de castaños y robles hasta alcanzar la cascada. Durante la primavera, el caudal del agua aumenta y el paisaje cobra vida, con senderos que atraviesan claros y arroyos en un entorno lleno de aromas y sonidos naturales.

Al pie de la fervenza se conservan los restos de un molino antiguo que se encuentra en proceso de restauración. Desde una de sus ventanas, perfectamente accesible, se puede disfrutar de una de las vistas más fotogénicas de la cascada. También es posible admirarla desde la parte superior, siguiendo la carretera, o descender con cuidado hasta su base por un camino junto al mirador, aunque este tramo puede estar resbaladizo.

Para quienes prefieran una caminata más sencilla, desde el mismo molino parte una ruta circular que permite recorrer la zona sin grandes exigencias. Solo un pequeño tramo discurre por asfalto, entre Toques y el desvío a la iglesia de Paradela, pero el resto del camino se mantiene en plena naturaleza. Entre árboles, agua y tranquilidad, la Fervenza de Brañas se revela como un lugar mágico donde el tiempo parece detenerse. ¿Ya la conocías?

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Por María Gutiérrez