sbado, 09 de noviembre del 202409 de nov del 2024

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Teotihuacán y San Martín de las pirámides, su magia e historia

En el Estado de México, entre el repicar de campanas y el sonido del huéhuetl, se encuentran dos joyas: San Juan Teotihuacán y San Martín de las Pirámides. Estos Pueblos Mágicos unen la riqueza de las culturas prehispánica y colonial. Ofreciendo a los visitantes una experiencia única que va más allá de la mera observación de la majestuosa Ciudad de los Dioses.

Teotihuacán significa, «Lugar donde están los dioses» en náhuatl, se refleja en la grandiosidad de sus construcciones. Desde el Exconvento de San Juan Bautista hasta el Templo de Nuestra Señora de la Purificación, la arquitectura colonial dan la esencia de la historia. La zona arqueológica revela los misterios de la antigua urbe, siendo la Pirámide de El Sol, con sus 64 metros de altura, un testimonio de la grandeza teotihuacana.

La aventura llega en actividades como el rappel, la exploración en el Jardín Botánico de Cactáceas, y los viajes en globo que dan una vista única. Para los amantes del arte, los museos de Sitio y Pintura Mural despliegan la delicadeza de las piezas prehispánicas.

En este Pueblo Mágico, la Parroquia de San Martín Obispo de Tours se erige como un símbolo de la época colonial, con faroles que iluminan su camino en las noches. La Capilla de Santiago Tepetitlán, de estilo barroco, y la Iglesia de Ecce Homo, añaden a la riqueza arquitectónica del pueblo.

Los museos Manuel Gamio y Comunitario Quetzalpapalotl contribuyen al estudio cultural y arqueológico. Para el esparcimiento, el Club Campestre Teotihuacán ofrece instalaciones deportivas y recreativas, incluyendo albercas y un tranquilo lago.

El Cerro Gordo, conocido como «Tenan» en náhuatl, alberga grutas y el Parque Estatal. Las visitas guiadas, el senderismo, el campismo y el ciclismo de montaña se vuelven un escenario perfecto para la aventura.

La gastronomía local es un deleite para los sentidos, ofreciendo desde barbacoa y carnitas hasta platillos más audaces como chinicuiles y quesadillas con chapulines. Las bebidas, desde pulques hasta licores de nopal y tuna, añaden un toque auténtico a la experiencia.

En cada rincón de estos pueblos, artesanos trabajan con piedras preciosas y semipreciosas como alpaca, cuarzo, ónix, plata, barro y obsidiana. La magia de San Juan Teotihuacán y San Martín de las Pirámides es la fusión de sus historias, sus paisajes y su rica herencia cultural.

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Yo soy Beili Guerrero y esto es, turismo con sabor.