Saint-Jean-Pied-de-Port, el pueblo rosado del Camino de Santiago

Entre murallas centenarias y calles empedradas, Saint-Jean-Pied-de-Port recibe a los peregrinos que inician su travesía hacia Santiago de Compostela. Este encantador pueblo del sur de Francia, con sus construcciones de piedra rosa de Arradoy, destaca por su historia y belleza. Desde la imponente Puerta de Saint-Jacques, Patrimonio de la Humanidad, hasta la Rue de la Citadelle, el camino se mezcla con la vida cotidiana y el ir y venir de viajeros.
A orillas del río Nive, las casas reflejan tonos cálidos que realzan la atmósfera medieval del lugar. La ciudadela que domina el valle y la Prisión de los Obispos son testigos de siglos de historia, desde disputas religiosas hasta la reorganización de la Baja Navarra dentro de Francia. En cada rincón, la arquitectura y las antiguas posadas recuerdan la importancia de esta localidad como punto clave en el Camino de Santiago.
El casco antiguo alberga la Iglesia de Notre-Dame-du-Bout-du-Pont, un templo gótico construido tras la batalla de las Navas de Tolosa. Su imponente fachada marca el inicio del barrio de España, donde la Porte Notre-Dame y el Vieux Pont crean una postal inolvidable. Los reflejos en el agua y la animada Rue d’Espagne evocan siglos de tránsito de comerciantes y peregrinos.
Al cruzar la Porte d’Espagne, el bullicio da paso a la serenidad del siguiente tramo del Camino. Con los Pirineos en el horizonte, los caminantes avanzan hacia Roncesvalles, siguiendo la misma ruta que generaciones han recorrido antes. ¿Te gustaría conocer este pueblo y su historia?
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Por María Gutiérrez