martes, 20 de mayo del 202520 de may del 2025

Todos los derechos reservados, propiedad intelectual ©2025 TZMG Media.

Puente Fabricio: el puente romano mejor conservado

El río Tíber ha sido testigo de la evolución de Roma desde su fundación en el 753 a.C. A lo largo de su cauce, se han construido numerosos monumentos y puentes, algunos de los cuales siguen en pie tras siglos de historia. Entre ellos destaca el puente Fabricio, el puente romano más antiguo y mejor conservado que aún sigue en funcionamiento.

Construido en el 62 a.C., el puente Fabricio conecta la isla Tiberina con el actual barrio judío de Roma. También es conocido como el puente Quattro Capi, debido a las hermas de mármol con cuatro rostros que adornan sus barandillas. Su estructura de hormigón, revestida con piedra de gabina y toba, cuenta con dos amplias arcadas que se apoyan en un muelle central, diseñado con un arco para reducir la carga del agua.

A lo largo de los siglos, el puente ha sido restaurado en varias ocasiones. En el siglo I a.C., Marco Lolio y Quinto Lépido realizaron trabajos de mantenimiento tras dos desbordamientos del Tíber. Posteriormente, en 1447, el papa Eugenio IV pavimentó su superficie con losas de travertino. En 1679, Inocencio XI reforzó su estructura y reconstruyó los parapetos, dejando una inscripción que aún puede leerse en la actualidad.

En el año 2000, con motivo del Gran Jubileo, se llevaron a cabo nuevas restauraciones que permitieron analizar su estructura original y descubrir más detalles sobre su construcción. Gracias a estas intervenciones, el puente Fabricio sigue siendo un testimonio vivo de la ingeniería romana y un símbolo de la eterna conexión entre Roma y el Tíber.

Si quieres saber mas de lo que tenemos para ti, síguenos en nuestras redes sociales FacebookInstagram Tiktok.

Por María Gutiérrez