Descubre el pueblo mágico de Aculco: un rincón escondido


Aculco ubicado en el Estado de México, es un tesoro que te espera con los brazos abiertos. En este lugar, la naturaleza se mezcla con la cultura y la historia para ofrecerte una experiencia única que te dejará maravillado.
El clima templado de Aculco es perfecto para quienes buscan descanso y relajación. Es ideal para dar tranquilas caminatas por la plaza central y sus pintorescas calles. Aquí, el tiempo parece detenerse, permitiéndote disfrutar del ambiente tranquilo y apacible.
Te brinda la oportunidad de acercarte a la cultura prehispánica de México. En este lugar, los otomíes, uno de los grupos étnicos más importantes del país, aún conservan sus tradiciones, sus vestimentas sencillas y su rica herencia cultural son fascinantes de explorar.
Aculco conserva la arquitectura tradicional que lo caracteriza. Sus encantadores callejones, casas con amplios patios y corredores, columnas de cantera y calles adoquinadas te transportarán en el tiempo. Explora la Plaza de la Constitución con su quiosco, las plazuelas Benito Juárez, Miguel Hidalgo y José María Sánchez, los lavaderos públicos y el edificio de la presidencia municipal. Además, descubre dos acueductos conocidos como los Arcos.
La Casa Hidalgo, que albergó a Miguel Hidalgo durante su paso a la Ciudad de México en noviembre de 1810, es una de las piezas históricas más importantes de Aculco. En su interior, encontrarás un vistoso reloj de sol, un óleo de la Santísima Virgen de Guadalupe y una pintura de Miguel Cabrera realizada en 1790. Además, podrás admirar «La Última Cena», una obra maestra de uno de los artistas más cotizados de la época virreinal.
Tambien se encuentra aqui la parroquia de San Jerónimo, es un ejemplo de la arquitectura colonial con influencias indígenas. Construida en 1540, inicialmente presentaba un estilo heredado del Medievo europeo. Sin embargo, en 1674, adoptó el estilo barroco modificado llamado Tequitqui, una interpretación indígena de las formas europeas. En su interior, encontrarás tesoros como un óleo de San Antonio de Padua y una pintura de San Juan Nepomuceno, entre otros.
En este pequeño santuario de arquitectura moderna, se venera la imagen del Señor de Nenthé o «Señor del Agua». Se le atribuyen diversos milagros, y cuenta la leyenda que su imagen fue encontrada intacta al pie de una encina tras un incendio en el antiguo templo. Los pobladores sacan la imagen en procesión en tiempos de sequía para pedir lluvia.
Aculco alberga la majestuosa Presa Ñadó, rodeada de impresionantes paisajes montañosos. Aquí, puedes disfrutar de actividades como la pesca deportiva, el campismo, paseos a caballo y comidas campestres. La presa es un lugar de serenidad y esparcimiento en medio de la naturaleza. Aculco es hogar de dos hermosas cascadas, La Concepción y Tixhiñú. En la temporada de lluvias, estas caídas de agua se vuelven aún más impresionantes. Además, las paredes de basalto que rodean las cascadas son ideales para practicar rappel, atrayendo a los amantes de los deportes extremos.
Este maravilloso pueblo magico te espera con sus tesoros naturales, su rica historia y su acogedora cultura. Planifica tu escapada y descubre este rincón escondido en el Estado de México.
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Beili Guerrero